Claro… hay que fijarse bien en que las órdenes se resuelven en el orden contrario en el que se colocan…
Y que puedes bloquear órdenes rivales apilando las tuyas encima. Retrasando o incluso frustrando sus planes.
Pero qué suerte tuvo Kerrigan al empezar con un planeta con dos zonas de puntos de victoria, así que no se puede.
Suerte no, Hypeman, saber jugar. De verdad, que a estas alturas no te hayas enterado…
¿Pero por qué? ¿Dónde está el sentimiento? ¿Por qué iban a querer los Protoss y los Terran hacer eso? ¿Qué movía a la Supermente a aquello? ¿Por quéééé?
Ah, ¡hola, querido lector! Acabamos de terminar una partida de Starcraft: The Board Game. ¿Quieres saber cómo nos fue? He aquí un reportaje fotográfico.
Deberían sacar un juego de mesa para aprender a sacar fotos…

Final del turno 1. La supermente, Raynor y Kerrigan conquistan un planeta cada uno, mientras los Protoss se desarrollan tecnológicamente.

Así estaban las cosas en el turno 2. Los Zerg de Kerrigan ya tenían 3 planetas y los Protoss y los Terran empezaban a tener… unos roces. La Supermente se dedicaba a evolucionar hasta pronto conseguir temidos Ultraliscos.

En el turno 3, los Ultraliscos reclaman el planeta que tímidamente pertenecía a Kerrigan. Terran y Protoss siguen sin ponerse de acuerdo diplomáticamente, lo que se resuelve con disputas militares.

Y así termina la partida en el turno 4. Victoria especial para Kerrigan (por tener más puntos de victoria, ya que la Supermente también cumplía su victoria especial). Los Terran, usando espectros, intentaron impedirle a las fuerzas de Kerrigan que ganasen, pero los hydraliscos en seguida recuperaron la supremacía en los sectores del planeta que más les interesaban. Los Protoss no pudieron comprobar el gran poder de sus arcontes pues la partida había finalizado.