Oh, Love Letter, pequeño gran juego, oximorónico conjunto de cartas. Oh, Love Letter.
¡Eh! ¡Que el de las rimarreseñas soy yo!
Tranquilo, Hypeman. Solo me estaba deleitando con este juego.
Cuéntale la verdad, Roleman, no seas modesto. La partida que acabamos de echar a tres jugadores ha sido más interesante gracias a tu nueva regla.
Yo no la he notado. Si es que le llamáis regla a cualquier cosa. Bah.
¡Cuéntasela a nuestros lectores! ¡Cuéntasela!
Bueno, vale, de acuerdo. Mi regla adicional para el Love Letter es:
Cada vez que un jugador gana una ronda, ese jugador ha de añadirle una característica a la princesa, ya sea física, psíquica o lo que sea.
Por ejemplo, Competitiveman que ganó la primera ronda dijo que la princesa podía hablar con los mapaches.
¡Es que mola mucho! Porque ahora hay un incentivo más para ganar las rondas. Además, si vas perdiendo de paliza, y consigues ganar una, siempre puedes meterle una característica a la princesa que no les vaya a gustar a los que van a ganar, como por ejemplo, que odia los juegos de mesa.
U otras cosas no aptas para el horario en el que se emite este blog. Otra parte divertida de esta regla es ir recordando, cada ronda, en qué estado tenemos a nuestra querida princesa: así que, nuestra princesa puede hablar con los mapaches, tiene una armadura de fuego y odia los juegos de mesa. ¿Qué le falta? ¡Ah! También puede teletransportarse.
Os recomiendo que la probéis. Añade un pequeño toque de humor e imaginación entre rondas de este pequeño gran juego.
[…] pequeña regla de esas que me gustan a mí, como la de ponerle características a la princesa del Love Letter, aunque en este caso, toca el Mix […]