¡Venga, os desafío!
Pequeño y confiado Mechman, ¿te atreves a desafiarme a mí? ¿De qué juego estamos hablando?
¡Acepto el desafío!
¡Vil bellaco! ¡Desenfunda!
Que no… no os desafío a un juego. Os desafío a buscar un juego. Lo cual lo podemos considerar un juego. El juego de buscar un juego.
¡Ay! Me acabo de golpear a mí mismo de lo que me has confundido.
¡Céntrate, Mechman!
Valee… supongo que os acordaréis de nuestro querido Love Letter, juego con el que empezamos nuestra andadura bloguera.
¡Claro!
¿Y cuántas cartas tenía el Love Letter?
5×1, 2×2, 2×3, 2×4, 2×5, 1×6, 1×7 y 1×8, para un total de 16 cartas. Un gran juego, con 16 cartas, un gran juego.
¡Pues os reto a encontrar un gran juego como el Love Letter pero con la friolera de 15 cartas! ¡Una menos! ¿Será posible?
Fácil. Solo hay que mirar al título de esto: Kobayakawa.
¿Título de esto? A veces al hablar me recordáis a aquella peli de un tal Truman o algo así. ¿Acaso sois actores? Y… por cierto, ¿Kobayakawa? ¿Qué clase de nombre es ese?
Venga, ¡os voy a usar para echar una partida de este juego que acabo de descubrir y que acabo de hacer con papel y boli!
O sea, que nos vas a usar de cobayas. De ahí el nombre: Kobayakawa, ¿no? ¿Eh? ¿Eh? JAJAJA. Ja. Ehem.
Kobayakawa es un juego abstracto con…
Bah, siempre dices que son abstractos y al final consigo sacarles algo de trasfondo e historia. Ya verás.
…compuesto por 15 cartas con los números del 1 al 15.
Seguro que cada número representa algo que va más allá.
Eh… no. Se barajan las 15 cartas y se le da una boca abajo a cada jugador, además, se pone la de la parte superior boca arriba al lado del mazo, esa carta es el Kobayakawa.
¡Ajá! Te he pillado, algo de historia. Sí, sí.
En fin. Tras esto, los jugadores tienen un turno, que pueden invertir en una de dos acciones: 1. Coger la primera carta del mazo y decidir si se quedan con la que tienen o con la nueva, poniendo la otra boca arriba; 2. Poner la primera carta del mazo boca arriba como nuevo Kobayakawa.
Espera, me he perdido.
¿En serio?
No. Pero hacía tiempo que no participaba en esta conversación.
Ay, no sé ni por qué me molesto. ¡Diseñadores, diseñad más juegos solitarios para no tener que aguantar a estos seres cuando explico las reglas!
Seguro que si te las explicas a ti mismo no te autoaguantas. En fin, cada jugador tiene una carta y luego tiene un turno, ¿qué pasa después?
Después, en el mismo orden, los jugadores pueden apostar o no una ficha (se empieza con cuatro y se juegan siete rondas). De entre todos los que hayan apostado, se comprueba quien gana. El que tenga el número más alto debería ganar, PERO, el que tiene el número más bajo suma el valor del Kobayakawa al de su carta. El ganador se lleva las apuestas de todos los jugadores y una ficha más del banco (va a haber ocho, una para cada una de las seis primeras rondas y dos para la última ronda, en la que se puede apostar más). Al final de las siete rondas, el que más fichas tenga gana.
¡Oh! ¡Qué revelación! ¡Qué sencillez y a la vez qué complejidad! Ya veo los faroles, los dobles faroles, las deducciones, los jugadores que juegan a lo loco, ¡ay! Porque claro, yo con una mano baja puedo ganar si el Kobayakawa es relativamente alto, pero va a depender de los jugadores que acaben apostando, porque alguno puede quitarle el puesto por ser el más bajo; e incluso haciéndolo que no gane al sumar el Kobayakawa. Y también al revés, si mi carta es muy alta, procuraré hacer que el Kobayakawa sea bajo, para que no me ganen. Oh, oh, ¡qué maravilla!
Venga, va, reparto y lo probamos. Hypeman tiene el 13, Roleman tiene el 1, Competitiveman tiene el 9 y yo tengo el 3. Todo esto es secreto, claro. Te toca, Hypeman. El Kobayakawa es el 6, por cierto.
(Ahá, tengo el 13, ¡cómo moooooola!, voy a…). Sustituyo el Kobayakawa: ha salido el 2. (¡TOMAAA!). Tu turno, Roleman.
(Con un 1, el Kobayakawa me va a ayudar a mí seguro, sin embargo, es muy bajo. Puedo arriesgar a sustituirlo, pero aún quedan dos jugadores, con lo que no sé si es buena idea). Cambio cartas, cojo esta (un 8…) y os muestro esta: un 1.
(A ver, Hypeman no ha cambiado su carta, con lo que tiene una relativamente alta, no cuento con que haya ido de farol. Roleman, sin embargo, ha mostrado un 1, con lo que su otra carta probablemente sea también baja, así que no me preocupa, sabiendo que el Kobayakawa es un 2. Lo que haré será coger carta para intentar conseguir una muy alta). Cojo carta (un 10, vaya, poco mejora la cosa) y muestro mi 9.
Como soy el último tengo un poco de ventaja porque ya os he visto jugar y os veré apostar, pero en cada ronda cambia el jugador inicial. En fin, allá voy, cojo carta (el 7) y muestro carta: el 3. Y ahora viene la ronda de apuestas, en el mismo orden, Hypeman.
¡Yo voy! ¡Yo voy! Apuesto.
(Con un 8, como mucho 8+2, mis posibilidades son muy bajas…). No apuesto.
(Tengo el 10. 10+2 le gana únicamente al 11. Con el 12 empata y el resto son mayores. Hypeman tiene una carta alta, así que paso). Paso.
Yo también paso, vaya sosería, como nadie más apuesta, Hypeman se lleva una ficha del banco sin más. Y no tiene por qué enseñarnos su carta, claro.
¡Jooooooooo! Pero yo quería que apostaseis solo por ver… Jo…
Pros y contras
¡Pros! Faroleo, doble faroleo, apuestas y cálculos, atractivo también para los no jugones. Nadie se asusta de una baraja de 15 cartas, ¿no?
Te lo puedes hacer en casa ya, ahora, ¿a qué esperas?
Kobayakawa seguramente era un samurái que ayudaba al débil, claro, por eso su carta suma al que menos puntos tiene. Sí, sí, muy temático.
Se explica en un minuto y se juega en nada, ¿qué mejor manera de ir abriendo boca?
Es un poco caótico. Con pocos jugadores no tienes demasiada información para tomar tus decisiones y con muchos, dependes de lo que todos hagan y se hace complicado calcular.
Quizá he entendido mal el reglamento, pero se me hace raro que no te dejen escoger qué hacer tras ver la carta de la parte superior. Según he entendido, antes decides si va a sustituir al Kobayakawa o la vas a robar. Entonces tomas una decisión menos informada. Y eso no me gusta.
Se me hace sosete. Son quince números. Prr.
¿Merecerá la pena comprarlo? Y me lo estoy preguntando yo, ¡Hypeman!
[…] últimamente con los pequeños grandes juegos! Entre Kobayakawa y Tiny Epic […]