Ay, ¡qué importantes son las palabras! También en este mundo de los juegos en el que nos movemos…, ay…
¿Y esa reflexión, Mechman? ¿Acabas de descubrir una regla mal escrita en algún juego? ¿Acaso es el ajedrez? ¿No me digas que el rey mueve más de uno? Ya me parecía a mí que…
No. No. He estado leyendo un artículo de Richard Garfield, el creador de Magic, en el que reflexiona sobre los primeros pasos de su juego.
¡Mola!
Cuenta la anécdota de que uno de sus playtesters le decía que tenía una carta que ganaba siempre. Él la jugaba y al dar el turno ya ganaba.
Así es como hago yo siempre que juego. A cualquier juego.
¿Qué carta es tan poderosa? ¿Qué criatura de Magic alberga tal habilidad? ¿Acaso es un conjuro? ¿Es un instantáneo?
Nada de eso, es una mala interpretación:
Jajaja, ya lo pillo. Hay que ser ruin.
Pues sí. Richard Garfield comenta cómo esa fue la primera lección que recibió sobre lo importante que es redactar las cartas para que no puedan ser interpretadas de manera diferente dependiendo de los jugadores. «El oponente pierde el próximo turno» se puede entender de distinta manera dependiendo de si ese «pierde» afecta al «oponente» o al «próximo turno».