El espía (que se perdió) – Pero cumplió con su misión sin saber donde estaba…

Érase una vez…

 

 
¡Hola, Hypeman!

 

 
Hola, Roleman. ¡Que alegría encontrarte aquí! Así no tengo que hacer un monólogo y puedo hacer un… biólogo… O tetrólogo.Un espía…

 

 
Un espía que tenía que cumplir una misión imposible, que debía infiltrarse en…

 

 
¡Que guay! ¿Qué juego es ese, Roleman?

 

 
El que tú presentabas, ¿no?

 

 
Creo que no.

 

 
¿Qué juego nos traes?

 

 
¡Hoy jugamos a El espía (que se perdió)!

 

 

¡Bolsitas zip para todos! [Imagen propiedad de darcypennell BGG]

El espía (que se perdió) es un juego para entre 3 y 8 jugadores, diseñado por Alexandr Ushan e ilustrado por Sergey Dulin y Uildrim

 

 
Los juegos de espías me molan. Siempre tienen el tema bien traído, y me hacen sentirme un espía, o un contraespía…

 

 
¡Si esos juegos son mis favoritos! ¡Como la resistencia!

 

 
¿De qué va El espía (que se perdió)?

 

 
¡Ah! Es verdad, que estamos hablando de este…

 

 
Seguramente sea un juego de roles ocultos-

 

 
¡Sí! ¡Que divertido! ¡Roles ocultos for president!

 

 
Venga, Hypeman, dime como gano.

 

 

¿Descubriras al espía? [Imagen propiedad de punkin312 BGG]

Mira, si hemos guardado bien el juego la ronda anterior, tenemos muchas bolsitas que…

 

 
¡Pero todas son espías!

 

 
¡No! Eso te pasa por no prestarme atención. Cada bolsita tiene diferentes cartas, pero la carta de abajo es siempre un espía, para que nadie haga trampas.

 

 
No estaba haciendo trampas, no lo sabía…

 

 
Bien, cada bolsita tiene cartas de localización y una de espía. Pero dentro de cada bolista la localización es la misma.

 

 
Es decir, tenemos una bolsa con 7 cartas de playa y una de espía, otra con 7 cartas de crucero y una de espía…

 

 
Y así sucesivamente. Así que para empezar escogemos una al azar…

 

 

Hoja de ayuda con todas las localizaciones [Imagen propiedad de punkin312 BGG]

Y empezando por abajo, ponemos boca abajo tantas cartas como jugadores. El resto, las devolvemos sin mirar.

 

 
Así siempre hay un espía y nadie sabe dónde estamos.

 

 
¡Exacto!

 

 
Tenemos un espía que no conoce el lugar…

 

 
… y un montón de gente que sabe dónde está, pero no quien es el espía.

 

 
Y el juego consiste en… que el espía descubra donde está antes de que lo demás jugadores le descubran.

 

 
¡Mis amigos son los más listos del mundo!

 

 

 

¿Y cómo funciona cada ronda?

 

 
¡Eso es lo más maravitupendo! El jugador que ha repartido hace una pregunta al jugador que quiera.

 

 
¿Restricciones?

 

 
¡Ninguna! Puedes preguntar lo que quieras. Y el otro jugador debe responder algo. Y luego el que ha respondido pregunta a otro jugador. Pero no vale rebotar.

 

 
Ponme un ejemplo, Hypeman.

 

 
¡Claro! Veamos… Roleman ¿No te apetece una un-dado-de-cuatro-cola?

 

 
¡Claro que sí Hypeman! ¡Vamos a tomarnos una!

 

 
¡Espera! En las cruzadas no había un-dado-de-cuatro-cola.

 

 
Claro, como Roleman no sabía que estamos en las cruzadas, no sabía que era imposible beber un-dado-de-cuatro-cola.

 

 
Y así, con la primera pregunta, hemos descubierto al espía.

 

 
Jo…

 

 
¡Roleman, te toca escoger otra bolsita al azar y repartir otra vez!

 

 

 

Entonces, si los jugadores dan respuestas que no tienen sentido con el lugar, el espía se equivocará y se le descubrirá.

 

 
¡Exacto! Pero hay que tener cuidado.

 

 

 

Por la BGG hay versiones personales… [Imagen propiedad de just1in BGG]

¿Por qué? Veamos… Roleman, tu perdiste, ahora preguntas tú.

 

 
Competitiveman, ¿Por qué es tan famoso este lugar?

 

 
Parece ser que uno de los 12 apóstoles está enterrado aquí.

 

 
¡Yo soy el espía y estáis en la Catedral! ¡Yo gano!

 

 
Claro, si es demasiado evidente, el espía puede averiguar dónde estamos y gana él… Por lo tanto llegamos al punto en el que si das mucha información, gana el espía, pero si eres demasiado vago, los demás empezarán a pensar que eres el espía…

 
¡Exacto! ¿No es delicioso? Además de eso, las rondas duran 8 minutos. Si la ronda no termina antes hay una última ronda de acusaciones, y si el espía se libra, gana. Pero aquí el espía ya no puede revelarse por su cuenta.

 
Supongo que haga falta mayoría para que una acusación sea efectiva, ¿no?

 

 
Hace falta unanimidad. Todos a favor de la acusación. Menos uno.

 

 
Obviamente.

 

 
Bueno, se reparten puntos… Se escoge una bolsita nueva y se comienza otra ronda, al final de 5 rondas, el que más puntos tenga, gana.

 

Un hospital chino [Imagen propiedad de angelwdx BGG]

 

Total, que tenemos un juego original y muy divertido. Pero divertido de los de reírte.

 

 
Una vuelta de tuerca al sistema de roles ocultos, con incluso más libertad de reglas de lo habitual en estos juegos.

 

 
Espías y tiempo real, hacen una combinación explosiva.

 

 
Y la primera partida puede ser confusa, pero según más jugando vas aprendiendo las sutilezas de la ambigüedad y cuanta información se revela al hablar, al reaccionar, al responder, al preguntar…

 

 
¡Y ser espía y que te pregunten el primero y terminar ganando la partida es una experiencia maravillosa!

 

 

¿Cómo convences a la gente de que estás dentro de un submarino sin revelar que estás en un submarino? [Imagen propiedad de angelwdx BGG]

Adelante con los pros y contras. ¡Pros!

 

 
Una gran libertad y sencillez de reglamento. Llegas, sacas la caja, juegas.

 

 
Tan divertido ser espía como no serlo.

 

 
¡Las bolsitas zip vienen con el juego! Y el reglamento te explica como guardarlo para que preparar cada ronda sea inmediato.

 

 
Las ilustraciones son súper chulas. Y en cada localización hay un espía escondido.

 

 
Contras. El espía no sabe dónde está. Pero habla con los personajes. En serio, ¿por qué?

 

 
Tras muchas partidas seguidas, ya no sabes quien dijo qué y empiezas a mezclar sospechas y paranoias.

 

 
Al menos en la edición española, si la ronda completa los 8 minutos, es muy confuso como proceder con la votación final.

 

 
Creo que en las treinta y tantas rondas que habré jugado a este juego a nadie le importa quién gana y nadie cuenta los puntos.

 

Y esto es El espia que se perdió