Lo dicho, no nos dais envidia. Mientras muchos de vosotros estabais disfrutando del Festival Internacional de Juegos de Córdoba, nosotros tuvimos una gran sesión de juegos.
¡Pues a mí sí me dan envidia!
¡Y a mí! Tonto, Hypeman. Trataba de hacerme el duro. ¡No ves que hasta me empapé bajo la lluvia solo por echar unas partidas! ¡Fue un día horrible!
Tampoco te pases. ¡Moló!
Empezamos abriendo boca, mientras esperábamos por Hypeman, jugando a algunos prototipos.
¡¿Me los perdí?!
Nooooo. Bueno, al final fue un día de fillers con un juego un poco más largo y profundo que nos moló mucho.
¡Y además es ideal para jugar a cuatro!
Primero jugamos a Hanabi. Todo iba bien, el público se lo pasaba pipa, se podían oír los «¡oooooh!», hasta que…
Hasta que me emocioné demasiado.
Eres demasiado aleatorio, Hypeman.
Fue a hablar el que descartó todos los treses, Mechman. La cuestión es que al final nuestros fuegos artificiales no estuvieron tan bien.
18/25, ni tan mal. A continuación nos contagiamos los unos a los otros jugando a Virus! e hicimos monstruitos en el Mix It.
¡Y ahí fue cuando sacamos la chicha! Cuando luchamos por…¡esparcir el Caos en el Viejo Mundo! ¡Yo encarnaba a Khorne, dios de la sangre! Hypeman era Nurgle, señor de la putrefacción.
¡Pero eso fue porque había comido garbanzos!
No lo decía por eso…
Ah, ya. Ups.
Yo era Slaanesh, el dios de la lujuria, el placer y el dolor. Me dediqué a corromper nobles a base de orgías.
No exageres. Lo único que hacías era mover fichas de nobles a regiones con tus sectarios. Yo era ¿Tzscheenz? ¿Tzenchs? ¿Tezsnch?
Tzeentch.
Eso, Tzeentchzhchzhzh. Me dedicaba a jugar muchas cartas y modificar los planes de los otros dioses.
¡Tenemos que reseñar este juego como dios manda!
¿Cuál de los cuatro dioses?
¡Está genial porque tiene una gran asimetría, así que cada dios juega distinto y tienen interacciones entre sí! Por ejemplo, Roleman (Khorne) y yo (Slaanesh) teníamos objetivos bastante distintos: él quería matar y yo prefería anular los combates utilizando cartas.
¡Mi querido Nurgle extendía su plaga por todas partes y también competía en puntos contra Slaanesh de Competitiveman!
Y yo me dedicaba a alterar los planes de todos los demás jugadores en el último momento.
Tras sembrar el caos, echamos unos Codenames. Hypeman pensaba que seguíamos jugando al juego anterior, porque se dedicaba a sembrar el caos.
¡Mentira! Solo tenía intuiciones sobre algunas palabras.
¡Sobre las que no tenías pistas!
¡Todo estaba en el corazón de las cartas!
La jornada terminó con un Dobble lleno de risas y un Storytelling en el que Hypeman desistió durante la segunda ronda.
¡Yo no sé cómo podéis memorizar tan rápido!