¡Fascista!
No, no. Soy liberal.
¿Qué vas a ser tú liberal, con esa cara de fascista?
¿A dónde vas, Roleman? Ya había quedado establecido que tú eres fascista.
¡Falacias! Cometéis un grave error, ¡el fascista es Hypeman!
Pero que no, que yo soy liberal… Yo soy bueno…
Hoy jugamos a Secret Hitler.

¿Conseguiran los fascistas hacerse con el poder? [Imagen propiedad de Shrieking Emu BGG]
Secret Hitler es un juego diseñado por Mike Boxleiter, Tommy Maranges y Max Temkin e ilustrado por Mackenzie Schubert para ser jugado entre 5 y 10 jugadores.
Que conste que el titulo me da mal rollo… Hitler…
Venga, hombre, es un juego de roles ocultos, ligero y divertido…
Hum… Está bien…
Al comenzar la partida, cada jugador recibe un sobre en el que tiene cartas de «ja» y «nein», el partido al que pertenece y su rol secreto.
¡Roles especiales! ¡Qué guay! ¡Es lo que le da salsa a estos juegos! ¡Tener diferentes habilidades durante la partida!
Pues solo hay un rol. El de Hitler.
¡Genial! ¡Eso lo simplifica mucho y explicar el juego se vuelve fácil! ¡Es lo mejor!
Ahora los fascistas (que hay menos) se reconocen entre ellos y reconocen a Hitler, pero Hitler no sabe quiénes son los otros fascistas.
Y los liberales, como siempre, no saben nada.
Exacto. Y ahora, escoged al azar al primer presidente de la partida.

Cargo presidencial y cancilleria. [Imagen propiedad de SnowBunny BGG]

Durante la sesión, el presidente propone un canciller. Según su criterio, aunque con un posible debate alrededor de la mesa.
Pero estamos en una democracia. Todos los miembros del parlamento deben votar si aceptan el gobierno formado por el canciller y el presidente (ja) o desconfían de ellos (nein).
Si no se acepta el gobierno, el cargo de presidente avanza en la dirección de las agujas del reloj, y el nuevo presidente propone un canciller.
Pero si se acepta, se aprueba una política.
¡Silencio en la sala!
Desde este momento, ni el presidente ni el canciller pueden hablar. El presidente roba tres cartas del mazo de políticas. Descarta una y entrega dos al canciller.
El canciller escoge entonces una de esas dos políticas y la aprueba, la otra se descarta boca abajo.
La política finalmente elegida por el canciller, se aprueba, sin votación.
¡Se cierra la sesión!
Ahora es el momento de discutir. De que el presidente y el canciller digan qué han obtenido, qué han pasado, por qué se ha aprobado esa política…
Si se aprueban 5 políticas liberales, todos los liberales ganan. El número de políticas fascistas para que estos ganen varía con el número de jugadores.
Una vez que se ha discutido todo lo discutible, el cargo de presidente pasa al siguiente jugador y este elige un nuevo canciller.
Pero no podemos permitir que el poder anide en pocas manos. Así que ninguno de los jugadores que aprobaron la última política puede ser elegido canciller.

3 politicas liberales y dos fascistas aprobadas… ¿Quién controlará el gobierno? [Imagen propiedad de MD1616 BGG]

Cierto. Esto parece la resistencia. Mechman, entra con la estadística.
En el mazo de políticas disponibles hay 17 cartas. 6 liberales y 11 fascistas. Así que es posible que el presidente obtenga tres fascistas… pero también significa que los liberales no pueden dejar pasar una.
Pero también hay que contar con las políticas aprobadas sobre el tablero, que desaparecen del mazo…
Además de eso, los fascistas están en minoría, y uno de ellos (Hitler) no sabe quién son el resto… Lo que significa que los fascistas pierden todas las votaciones si se les descubre.
Lo que ocurre en todos los juegos de este estilo, vamos.
Si, la verdad es que sí.
Pero aquí tenemos… ¡Los poderes presidenciales!

Poderes especiales obtenidos al aprobar políticas fascistas en una partida de 9 ó 10 jugadores [Imagen propiedad de schnarfy BGG]

Que incluye mirar el partido al que pertenece un jugador, o elegir al próximo presidente o… ¡matar a un jugador!
Y Hitler es el líder de los fascistas… Así que si Hitler es asesinado… los fascistas automáticamente pierden la partida.
¡Hay que protegerlo!
Sin embargo, sabemos que Hitler fue elegido democráticamente, y ese es último giro maravilloso de este juego. A partir del turno anterior al primer asesinato presidencial, si Hitler es elegido y votado canciller… ¡Los fascistas se hacen con el poder y vencen!

¿Quién será Hitler? [Imagen propiedad de zakwas BGG]

Además, la forma en la que discutes… No puede comprar «eres un espía» con «calla fascista».
Además, incluye una dosis de cálculos, y probabilidad cuando la gente asegura las cartas de política que robó, intentar saber las que pueden quedar…
Y eso sin hablar del desastre que supone para los liberales matar a un liberal con el poder presidencial. Sobre todo porque el muerto no se revela.
¡Vamos con los pros! Es genial tratar de descubrir quién es Hitler… o los fascistas, el ambiente es muy divertido en todo momento.
Reglas sencillas y directas. Pocos roles pero suficiente variedad en el juego para implicar a todo el mundo.
Las votaciones reducidas al mínimo y la discusión al máximo. Justo lo que tiene que ser un juego de estos.
El tema está genialmente implementado. El ascenso al poder o la muerte de Hitler, hace que todo el mundo asienta cuando se lo explicas.
Y como contras… Sólo tenemos la versión print & play…
Es muy difícil saber qué hacer jugando como liberal, que gobiernos aceptar…
Oficialmente pueden jugar desde 5, pero en ese caso Hitler sabe quién es el otro fascista y tiene menos gracia…
El tema puede echar atrás a cierta gente especialmente sensible.

Y eso, señores, es «Secret Hitler» [Imagen propiedad de SnowBunny BGG]
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