Ay, ¡qué frenéticas han sido las VII Jornadas Gygax! Tanto a lo que jugar y tan poco tiempo.
Como sabéis, fuimos a presentar prototipos y así lo hicimos. Jugamos a:
¡Dice Drivin’! Versión prototipo del juego de Rod y Vorpalia que ya se ha financiado en Kickstarter. Partida a 4 jugadores presentada por el mismísimo Masivi, se nos hizo un poco lento porque éramos cuatro y nos salieron dos partes del circuito con un bache e hicimos tapón.
Ladrones, el prototipo de David Vaquero de perpetrar robos en tiempo real. Los jugadores se lo pasaron pipa, pero sugirieron algunos cambios, que para eso está el testeo.
La criatura, juego de roles ocultos que está en fase de testeo. Jugamos 9 y fue muy confuso porque todos estábamos empezando y había mucho jaleo. ¡Lo probaremos más para contaros qué tal!
¡Quest Stories! Partida en la que se alimentó a una hidra a base de delincuentes, entre otras cosas.
Y juegos no prototípicos:
Primera y rápida partida a este juego de Toni Serradesanferm que nos dejó fríos porque apenas duró un par de turnos (el ejército y dos montruos se ensañaron con uno de los miembros del equipo contrario). Queda pendiente de otras partidas para sacarle jugo.
Pequeño y divertido juego, aunque bastante feúcho. Engancha.
En los tiempos muertos siempre cae una partida de algo pequeñito y esta vez tocó un Dobble!
Y un Timeline.

Probé por primera vez el Blablabla, un juego narrativo de aspecto infantil en el que hay tres juegos dependiendo de una tirada de dado: uno de relacionar dos cartas y que un juez decida la mejor relación; otro de contar una historia con tres cartas y que un juez decida la mejor historia; y otro en el que cada jugador le da una carta al juez, se barajan y este ha de deducir quién le ha dado cada carta según los conozca (esta parte no tuvo mucho sentido porque no nos conocíamos demasiado los jugadores). A mí me gustó mucho.

¡Si hasta jugué un Android: Netrunner! Conseguí probar por fin la expansión de Weyland y los runners raros.
Sin olvidarnos de un durísimo Ricochet Robots en el que Competitiveman perdió por paliza.
Eso nunca sucedió.
Cerramos con una épica partida a Código Secreto en el que la duda entre las dos últimas palabras decantaba la partida para uno u otro bando, ¿zapato o vestido? He ahí la cuestión.